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Cómo funcionan las cocinas de exterior y cuáles son los principales elementos

Elegir una cocina de exterior es siempre una decisión que tiene que ver con las ganas de estar al aire libre el mayor tiempo posible y compartir momentos de convivencia con familiares y amigos. Sin embargo, no hay que olvidar prestar mucha atención cuando se decide por un tipo de cocina de exterior en lugar de otro, ya que se trata de decisiones que deberán tener en cuenta las distintas necesidades del comprador. Es fundamental, por lo tanto, tener claro cómo funcionan las cocinas de exterior y, aún más importante, cuales son los principales elementos que las componen. Intentemos entender más.

Cocinas de acero inoxidable: la mejor opción

Empecemos por el material del que está hecha una cocina de exterior. Si antes se preferían las de mampostería o de madera, hoy las preferencias de los compradores se han desplazado decididamente hacia un material mucho más funcional, contemporáneo, duradero y que también se presta a soluciones estéticas de diseño: el acero inoxidable. Una cocina de exterior de acero inoxidable garantiza, de hecho, una gran funcionalidad y mayores “beneficios”, entre ellos la posibilidad de poder moverla a voluntad, la modularidad y la intercambiabilidad de los componentes; éstas suelen ser las primeras buenas razones para elegir este material. Además, el acero inoxidable garantiza una higienización perfecta de las encimeras, ya que por naturaleza el acero es un material antibacteriano y fácil de limpiar. Hay modelos que tienen inserciones de madera, pero se trata sobre todo de estética y no de elecciones dictadas por razones prácticas. Además, una cocina de acero inoxidable es absolutamente duradero en los años, ya que esta aleación metálica no se deja corroer ni por los agentes atmosféricos (sol, viento, lluvia, niebla salina), ni por sal o cloro.

De gas o eléctricas: el tipo de funcionamiento

Una vez dicho esto sobre los materiales, hay que decidir qué tipo de funcionamiento se desea para la propia cocina de exterior. Si se quiere extrema practicidad y que cada elemento sea independiente del otro, entonces es mejor orientarse hacia una cocina con barbacoa de gas. Si, en cambio, se tiene la posibilidad de conectar la red eléctrica de la vivienda interior también en el exterior, entonces se podrá optar por una cocina eléctrica de inducción. Para los amantes de las barbacoas más “rústicas” y para los intransigentes de la cocción al carbón, será un placer saber que existen cocinas con braseros profesionales que pueden satisfacer perfectamente sus necesidades.

Llegados a este punto se podrá pensar en todos los elementos que componen una cocina de exterior, y a cuáles realmente no se quiere renunciar.

Los elementos que componen una cocina de exterior

Son muchos los elementos que pueden componer una cocina de exterior: del fregadero a la placa de cocción, del horno a la nevera, hasta la barbacoa o el brasero de leña. La elección, en este caso, deberá hacerse teniendo en cuenta el espacio disponible, el tiempo que se desea pasar al aire libre, las condiciones atmosféricas típicas del lugar de la instalación, etc. Empecemos, por ejemplo, por el fregadero: si no se dispone de mucho espacio y las conexiones a la red de agua no son fáciles, entonces es preferible optar por un tanque, que puede contener agua para el fregadero y puede rellenarse. Lo mismo ocurre con la placa de cocción: si no se puede contar con una conexión a la red eléctrica, entonces todo se centrará en la barbacoa (al fin y al cabo, la barbacoa es el alma de las cocinas de exterior). Y más: de la conexión a la red eléctrica dependerá la presencia o no de una nevera, que podrá sustituirse fácilmente por una caja refrigerante, que utilizará el agua para enfriarse. Interesante, como se anticipaba en el capítulo anterior, pensar en instalar un módulo “brasero” para cocinar con fuego vivo que, por inducción, calentará las placas de acero vecinas que se utilizarán como placa de cocción. Si uno se siente muy inclinado a acomodar y organizar barbacoas al aire libre, entonces se puede fomentar la elección de la barbacoa y de la parilla (la primera, sin embargo, requiere más espacio), mientras que el brasero está destinado a quienes disponen de áreas un poco más grandes y también quiere dedicarse a una cocina más sugestiva.